El nombre de dominio es básicamente la dirección de una persona u organización en Internet. Su función principal es ayudar a los usuarios a dirigir el trafico de correo electrónico, encontrar sitios web y establecer una identidad online.

Con la espectacular expansión de Internet el uso de nombres de dominios es fundamental para que los consumidores puedan, por ejemplo, acceder a los productos y servicios de las empresas en Internet.

Los nombres de dominio están compuestos por dos partes: los caracteres que anteceden al punto y los caracteres que lo siguen. La parte que sigue al último punto se denomina dominio de primer nivel (TLD). Son dominios de primer nivellos .com, .net, .org, .es, .it, .fr, etc.

La parte que se encuentra a la izquierda del punto se denomina dominio de segundo nivel o etiqueta. Esta es la parte que los usuarios asocian con su sitio web o una dirección de correo electrónico, por lo que constituve la identidad de la empresa en el entorno digital.

Es lógico pensar que existan controversias entre dominios y marcas ya que ambos, en la práctica, relacionan los empresarios con su correspondiente oferta de productos y servicios en el mercado. Por ello, la mayoria de titulares de marcas registradas suelen adquirir dominios idénticos o que al menos contengan su marca. Sin embargo, a pesar de su similitud, estas dos figuras son distintas, y los derechos que derivan de ellas también lo son.

Por eiemplo los dominios no son signos distintivos en el sentido que la normativa suele asignar a dichos derechos de propiedad industrial. De hecho, los nombres de dominio no son derechos de propiedad industrial o intelectual como tales.

La protección de un nombre de dominio excluye que otros puedan usar el mismo nombre de dominio y es parte del patrimonio de su titular. Puede por lo tanto transferirse, enajenarse y embargarse. Sin embargo, el registro de un nombre de dominio no implica necesariamente un derecho de uso del signo que lo compone, ni el derecho de prohibir que otros usen signos confundibles en el mercado, prerrogativa que en nuestro sistema se atribuye a las marcas y a los nombres comerciales (y en cierta medida, a las indicaciones geográficas).

Consecuencia de lo anterior, es que el registro de un dominio como tal no tiene efectos jurídicos bajo el prisma de la normativa sobre propiedad industrial e intelectual, sino meramente tecnicos.

No obstante, el uso del dominio continuado en el tiempo del nombre de dominio puede finalmente generar dichos derechos, por ejemplo como marca no registrada notoriamente conocida o como nombre comercial de la empresa titular meramente usado al amparo de lo establecido en el Convenio de la Unión Paris para la Protección de la Propiedad Industrial e Intelectual. Al mismo tiempo, teniendo en cuenta su función identificadora, es perfectamente posible que el registro y uso de un nombre de dominio infrinjan derechos de terceros sobre marcas, por lo que resulta esencial verificar si su uso y registro puede entrar en conflicto con derechos anteriores.